HILITO DE CARNE
Mi cuerpo
hilito de la carne descolgado de una madeja de historias
Pedacito de barra que se desplaza a la muerte, como una gota de silencio en la mitad de algo que persiste ruido
Este lugar que alude a todo y no tiene nada, deshauciado, trémulo, pajita de hierba creciendo en senderos olvidados
Ni un pulso que me aliviane el miedo, ni una caricia que redima para siempre
Cuerpo radical, materia contundente, vulnerable a los deseos, camarada inhóspito que cada día de mí cobra todas las auroras.
NOVEDADES LÍRICO DESMONTADORAS
Cómo no amar la noche
cómo no amarla
si en ella se funden los abrazos
se tejen las nostalgias
Cómo no amar el desvelo
la testarudez del alma
los ires y venires sin sueño
las lecturas solitarias
la palabra salitrosa
Cómo no amar la piel en sombra
los descesos furtivos
las muerte de la gloria
el beso puesto con amor sobre los pies
para la decencia deshonra
Cómo no amar el bostezo de Dios
la luna hinchada
los sabuesos gemidos
los poros dilatados
los sueños prohíbidos
Cómo no amar la indiferencia de las cosas
la ausencia de propiedad
la piel tan rota
la falta de silogismos rigurosos
el desenfreno del tacto
la lengua giratoria de la noria
Cómo no amar la noche
como no amarla¡
paso de burdel
sobre la carne sin forma
carne que se tiembla
que se abre al mundo
como carcajada insidiosa
La culpa en el ombligo ensanchada
como un buitre muerto
como una incomprensión de antaño
la culpa sola
ciega
vieja
andando solitaria en los jardines
la locura yerta
en los rescoldos de los amoríos
La culpa trasega
se inserta
aplaude ebria
la madurez pedante
la pequeña tenura
la aventura tejiendo mantitas de telaraña en los rincones
La culpa arrima
fermenta
como un hada parlanchina
en la cúpula del ojo
en la testarudez del agua
en la mirada perdida de la demencia a cuestas
Todo es lo mismo siempre
aunque el amor
aunque el fermento
aunque la intensidad del sol
su hermoso calor
todo decae
La brillante celda de las noches
la estravagante vagatela
las miradas que se arrinconan en un sillón y ríen
se desnudan
tiemblan
La contradiccón en todo
la licencia de asumirla como una bendita condena
lo ligero
lo donado
lo intenso
la casa una y otra vez quemada para liberar fierezas
Quedamos solitas
hermosamente vacías
amando nada
queriedo todo
preparando las nuevas fauces
del nuevo amor condena
Salvarse de la ira
salvarse uno mismo
como si la tempestad irrumpiera y la tiniebla no lo abarcara todo
esperar con calma
el rescoldo del milagro
la luz intensa
Perdonar la pequeñez del descuido
la testarudez de la soberbia
lo ordinario
abandonar los lugares comunes
reconocer las indigencias
seguir siendo amoroso
magnánimo
lloverse entero
abrir las puertas
No permitir que la fealdad
esa purulencia
los granos en la piel
lo escaso del afecto
lo defecto
la insano de la decencia
la megalomanía del infante
su insoportable indiferencia
se anide en el alma o cale en la cabeza
dejarla pasar infame
perdonarla
donarla
seguir sonriendo
sin armas
sin defensas
Floreceré
floreceré
floreceré
y no soy primavera
jardín o cementerio
pero mis pétalos habrán de perfumar
Hay quien se debe a una guerra
a una causa
a un anhelo
Cómo un barco se debe al mar
al agua
a los vientos
Hay quien se debe al amor
al tacto
a los desvelos
Cómo un odre lleno se debe a la vendimia
la fiesta
los excesos
Hay quien se debe a la libertad
a la autarquía
a hacer girones su propio ego
Como un terrón de sal
al don
a lo disuelto
La frontera de la resistencia
el lugar de las armadas manos
fábricas de luz
revolución que se reanuda entre tus piernas
cada mañana
cada noche
juntos existiendo
Los lugares proscritos en la urgencia del ruido
las telas caídas
las sábanas de besos
tu lecho caldo
las consignas
correrías libertarias
hondas inquietudes
desvelos por el mundo
compasión
sortilegio
bandera agitada
defensas de exclusiones
Tus ojos de agua
el niño explotado
la insanía de una sociedad que se hunde
el estiércol vigoroso de los que no aman
el poder
la hegemonía
la absurda carrera del capital optimista
ciego burdel
baratija desalmada
las fauces heridas
los huesos rotos
Todo ello en tu mirada se resigna
se retuerce
como un laberinto medieval recrudecido
como un pedazo de verdad que se funde
se eleva en colosales columnas de humo
lisonjas del viento
y esa piel que cobija
para seguir la lucha
la más predilecta lucha
de los jadeos contra el ego, la mezquindad y la ignominia
en la concavidad de tu cuerpo
Amado mío
dueño del pedazo de mí que nunca, nunca, jamás nos corresponde
Ese lado sin frontera
ese bozal desamarrado
espejismo de estrella matutina
viejo camarada
Amado mío
las voces de los letreros en caminos polvorientos
mi paso torpe
mi paso verde
mi locura senil de veintitrés años
persiguiendo senderos lejanos
la Umbría
los verdes olivos
tus anunciados ojos
Amado mío
oriente en la córnea
esa costa del Levante
esas confusiones de la piel
mi barba berebere
Amado mío
resquicio de sol en la inmediatez del agua
la sangre caliente en el diván tendida
Fez
las dunas
mi piel desvencijada
las noches de Nuria
Amado mío
los vícolos de Estambul ausente
las naves ojivales de Chartres
el frío invierno de París
los orgasmos del Pigal
Amado mío
anuncio de la cordillera
rastro de mi nombre
huella
trasnocho de los años
al lomo los dos de una historia
ahora reencontrados
para siempre ya sin tregua
No te digo esposo, te llamo planta de mi pie
ágil marea
lugar del brote más reverdecido de mi mismo
mejor pedazo de mi cuerpo
parte íntima y externa
sueño de caballos
estalactita de mi carne
No te llamo esposo, te llamo luz de azabache que germina entre mis pupilas negras
amalgama de saliva
embrión de todos los milagros
beso agreste
surco de mi piel
fértil faena en mi vientre eclosionado
No te llamo esposo, te llamo verde de mi verde
respiro temerario
juego audaz en el oleaje de la mirada de nuestros camaradas
bullicio dentro de mí que es impenitente
júbilo de mi sangre
esperma de mi sino
No te llamo esposo, te llamo tacto de mi tacto
altar sin sacrificio
inmolación sin muerte ni pecado
camino sideral
huella en la nervadura de todos mis costados
hombre de mi nombre
atrio de mi hondura
fondo de mi mente
No te llamo esposo, te llamo violeta giratoria
ámbar y crisol de todas mis historias
caricia dócil
camino desde siempre
oquedad que me recibe
Amado mío
cónclave de mi tacto, pedazo de luz de la luz que en mis poros hoy respiro
pronto el Mekong al lado de tu bicicleta
las andaduras de una Francia que se perdió colonia
los ferri que tropezaron cuerpos violentados
las metrallas que bendecirás con tu giro de pedal
en el monzón tardío
Lluévete entre los campos de arroz y sombreros de alto pico
cambia tu piel con mordedura del vietnamita sol
escribe esas cosas que leeré mañana
y persigue al viento
en cartas y postales
que en cada rastro tuyo
siempre sin excusa toda entera me confío
Anda
persigue la llanura anegada
las siluetas del cuerpo de los jóvenes delgados
desnudos entre el río
besa sus pies como si fueran míos
desoja su carne como yo deshojo tu carne cuando estás conmigo
Ve como un pez temerario
toca sus genitales amarillos
lame sus calores estrellados
destéjete en besos
en orgasmos
enarbola llamas de pasión
que vendrán a mi balcón
para calmar el frío
Querido amado
gota de semen y rocío
trasega
camina
marcha
Vietnam la historia tu y yo perdidos
comulga con la ciudad
retorna al muelle
desgarra tus zapatos
navega
vuela
cruza
que yo entre tanto
nunca diré que tu eres mío
Una pesquisa de luz
un oráculo descompuesto
Un beso intenso en la mejilla
una pasión desabrochada
Un trébol de cuatro hojas en las páginas de un libro
una postal de algún lugar lejano
una carta escrita con lápiz
Una copa de licor
un deseo obsceno
la coloratura de la voz de los pájaros
Una noche en la tibieza
una tranquilidad de hondura
un dibujo firmado
un amigo
un amoroso abrazo con los viejos camaradas