TAN SÓLO UNA QUIMERA

Una se desdice y se desmiente, se corrompe entera hasta el paroxismo de lo sórdido, se hunde, se agrieta, se amarilla como un papel gastado. Una se determina en nada, se queda en ángulos solitarios, vórtices temerosos, lugares sin sentido. Una se reclama en gotas de aire, en sílabas perdidas, en agujeros de zanjas. Una se derrama como esperma, como sal marina en minas explotada, se retuerce de acontecimientos, se lamenta, se gira, se burla de sí misma. Una se enmienda, se encomienda ebria a la luz de las bombillas de neón en cada avenida, en cada discoteca. Una se yergue en tacones, en alas de colibrí, en canciones, en pistas de baile, en burdeles. Una se jacta de una misma, luego se desdibuja en la cama de cualquier ruindad y se lamenta. Una sale corriendo, se unge de una desesperanza nauseabunda y luego se libera. Entonces una, no es la misma de nada, ni de siempre, tan solo una quimera.