ACIAGA


Necesito que me abraces en medio de la aciaga circunstancia. 

Bastaría con que toques con las yemas de tus dedos infinitos la herida insondable de mi lucha, la palabra enardecida que me cargo. 
Necesito de ti hoy con suma urgencia para que me mires, sólo eso me eso hace falta. 
No requiero tu cuerpo para mí como cosa para siempre. Sólo pon tu palma sobre la espina dorsal de mis pesares diario
s, con eso ya me salvas. 
No es que requiera de ti como una media naranja para una completitud que te esclavice y me esclavice, basta que digas mi nombre y me llames, que me anuncies tu cuerpo, tu material contundencia. 
Que suene tu voz en medio del ruido que hacen las ausencias. 
Necesito tu mano sobre mi mano, apretando, como si de repente mi tacto fuera un bosque alegrado con tu lluvia. 
Quisiera que me dijeras "Tú" sobre la dermis para iluminarme entera, para sentir un alivio que descarga el mal humor, los genios malignos encontrados en la acera. 
Necesito de ti, de tu contacto, de tu piel bálsamo, de tu presencia.