El encierro en la producción de discursos: la ex-centricidad desprestigiada
Un cuerpo se construye a partir de un determinado modo de subjetivación[1], hay modos en los que el cuerpo se materializa y esos modos corresponden a formas sociales según un determinado rango de ritualidad, regulaciones y normas que el sujeto va articulando en su configuración y que ejecuta en su cuerpo[2]. Judith Butler nos ha ayudado a despejar estas formas de producción de cuerpos y el modo en que se internalizan ciertas figuras y son repudiadas otras, así como la forma en que la estabilidad de esa producción de sujetos puede romperse, mediante el des-centramiento de lo normativo, cuando algunos sujetos se configuran de otro modo y se resisten a ser ordenados conforme a lo dominante[3]. Esto nos permite señalar que, pese a las formas reguladas de producción de sujetos, existen subjetividades ex -céntricas, es decir, subjetividades que mantiene una pugna con ciertas presiones regulativas del entorno ante las cuales no ceden; de ahí que sean des-centradas, inapropiadas al centro, a lo normativo; subjetividades que presentan una autoafirmación constante y que utilizan el cuerpo como arma de resistencia ante los encerramientos agenciados por el hetero-falo-logo-euro-centrismo[4]; cuerpos que piensan y que se hacen a una voz disidente, en resistencia.
Se trata de subjetividades excéntricas que se producen cuando espontáneamente se crea un tipo de identidad, un modo de ser al que luego, en las circunstancias sociales establecidas por el régimen de producción de subjetividades hetero-falo-logo-eurocentradas, se opone otro modo de ser regulado y dominante; identificar esa fractura y conciliarla mediante la lucha abierta contra las formas sociales que intentan encerrar y resquebrajar al sujeto que se resiste a ellas, es una labor que realizan algunos sujetos ex -céntricos a manera de una ascesis[5], ejercicio filosófico que opera la “inquietud de sí”[6] utilizando el performance como ejercicio de deconstrucción de la corpo-política[7] del poder, intento de descolonización y ejercicio de turbulencia del propio sujeto centrado. En ese sentido, esas ascesis o trabajos de reflexión sobre sí mismo, ayudan a mostrar la existencia de una corpo-política que desprestigia a ciertos sujetos y cuerpos por no articularse con una serie de ritualidades y performatividades propias de los sujetos centrados, los sujetos de la norma; sujetos cómodos dentro de regulaciones sistémicas que generan algunos modos de exclusión. El performance, como práctica de desconstrucción del saber tradicional, permite desactivar la presión social y potenciar al sujeto ex–céntrico para sostener autoafirmativamente su voluntaria identidad, es decir, ayuda a romper las cerrazones, los encierros en los que intentan confinarle y que, por ahora, proponemos calificar a manera de ensayo como “tipos de encierramiento” del sujeto ex-céntrico, en este caso, del varón homosexual amanerado.
Encerramiento tipo normatividad social de género (heterosexual): Llamémosle así, provisionalmente, al encerramiento que ejerce la presión social sobre el sujeto amanerado o raro, salido de la forma masculinizada dominante. Este primer encerramiento intenta convertir al sujeto en el primer cuestor de sí mismo, compeliéndole a enclosetar sus más espontáneas actitudes para evitar el sistemático rechazo y el bulling generalizado al que esto da pie, por lo cual, el sujeto enclosetado se masculiniza a fuerza.
Encierro tipo endohomosexual (falocentrado): Llamaré así al encierro que existe en el interior de los mismos círculos gays y homosexuales. Es el encerramiento que se produce aun cuando se haya afirmado la homosexualidad del sujeto. El sujeto puede ser homosexual pero encierra su sexualidad y toda actividad que lo relacione con su tendencia sexual, por ello, el amaneramiento y la ex–centricidad, se convierten en el chivo expiatorio de la propia falta de asunción pública de la homosexualidad. Al interior de algunos grupos homosexuales se rechaza al amanerado y afeminado por considerársele el culpable del rechazo general sobre la homosexualidad. Le censuran por ponerse (los) en evidencia y le desprestigian con el mismo bulling del que han sido víctima[8].
NO AL AUTOREPUDIO: A manera de auto-etnografía[9]: “Por más alerta que estuviera en cuanto a mis actitudes amaneradas, en realidad mi cuerpo estaba atravesado por esas coordenadas de feminidad, todo entero yo estaba articulado con gestualidades femeninas y eran éstas, no otras, las que me constituían. Ahora bien, con el tiempo, iba elaborando mi teoría acerca de la homofobia e iba reconociendo que esa guerra contra mismo no llevaba a ningún otro lugar que no fuera la profunda insatisfacción: auto-reprobación, sanción moral interna ocasionada por el fracaso en la sociabilidad hasta en los círculos homosexuales a causa de mi perfomatividad afeminada.”
Encerramiento tipo epistémico-discursivo (logo-euro-centrado): Continuación auto-etnográfica: “los círculos académicos también fueron lugares en los que tuve que asumir una postura masculinizante, para poder acceder a los privilegios académicos otorgados por un comportamiento “serio”, como un científico social “de verdad”. Adopté la figura del intelectual acartonado, la cual me parecía ajena a todo lo propio que había en mí. El científico social habla con pausa, seguridad, argumentaciones con un rigor lógico impecable, pero, ante todo, con una postura que dista leguas del amaneramiento si quiere ser tomado en serio. La academia, en América Latina, también cumple con su cuota de enclaustramiento y encierro, éste será el tipo discursivo del encierro al amanerado, el carácter hetero-falo-logo-eurocéntrico del discurso científico social.”
Es en este último tipo de encierro en el que me quiero concentrar toda vez que es aquí donde considero pueden realizarse contribuciones críticas dadas las oportunidades que nos brinda hoy la crisis epistemológica actual[10]. Como sabemos, gracias a varias teorías como el posfeminismo, el pensamiento descolonial, el pensamiento de la subalternancia, la teoría queer y otros discursos contemporáneos, ningún lugar de enunciación corresponde a un grado radical de imparcialidad y desinterés; todo enunciado está localizado geopolíticamente y corpo-políticamente. La producción de cultura y de conocimiento, en particular en América latina, obedece a unas formas específicas en las que entran en juego factores geopolíticos y corpo-políticos que evidencian privilegios y desestimaciones, según sea el lugar del cual proviene el decir, el emplazamiento y la corporalidad del enunciado. Cuando se es pobre, el lugar de enunciación afecta toda la argumentación, del mismo modo que cuando se es hombre o mujer, cuando se es negro, indio, campesino, cuando se es homosexual o cuando se es ex-céntrico. Existe una especie de alergia general sobre ciertos modos en que se presenta el discurso y sobre el lugar desde el cual el sujeto enuncia. En la producción académica de la universidad eurocentrada, falogocéntrica y heteronormada, la ex-centricidad es mal vista; su primer gran efecto es una falta de valor y relevancia que se echa de menos a la hora en que el sujeto ex-céntrico habla; existe una especie de enclaustramiento que inhibe a los sujetos científicos a reconocer el valor de ciertas subjetividades y cuerpos en la producción científico-social y cultural. So pretexto de una cierta objetividad se evita el decir en primera persona[11] y se postulan enunciados complejos, abstractos, descarnados y sin rostro, con los que se accede a los privilegios que brindan los juegos lingüísticos propuestos por el sistema de producción de saber dominante. El sujeto crítico ex-céntrico es subestimado mediante ejercicios de desprestigio, aduciendo cuestiones no científicas, pues, al ser consideradas con rigor, muchas de las formas de este desprestigio se fundan sobre evidentes prejuicios acerca de la ex-centricidad de quien enuncia y no sobre la cualidad de los discursos que construye, es decir, muchas de las críticas de este desprestigio son ad hominem.
Marcos Roitman habla de un social-conformismo en la producción de conocimiento científico social que hace que unas teorías se privilegien sobre otras y que se pondere a unos sujetos sobre otros, fenómeno que asocio a estas formas de encerramiento en la producción del discurso científico social en América Latina[12]. Al mismo tiempo, Ramón Grosfoguel señala una colonialidad del saber como colonialidad del cuerpo que agencia sistemáticos rechazos en distintas esferas, una de ellas la de los cuerpos con sexualidades diversas[13]. Para mí es evidente que en ese social conformismo y en el sistema colonial heteropatriarcal del que habla Grosfoguel acontece un dictamen soterrado sobre el saber producido por subjetividades raras, ex-céntricas, en el interior de la academia; se trata de una serie de normas implícitas mediante las cuales unos discursos son ponderados o desestimados, de tal forma que se convierten en una especie de reglas “gestoras de encierro” para los sujetos y cuerpos que son reprobados tácitamente por las convenciones dominantes. Así, se niegan, desconocen o se les resta importancia, en cuanto al estatus epistémico, a posturas intelectuales en las que el sujeto evidencia y denuncia, mediante un discurso crítico, una colonización hetero-falo-logo-eurocéntrica en el modelo epistemológico dominante. Se trata de que hay discursos privilegiados porque quien los enuncia ha jugado al saber dentro de un entramado de lógicas de poder y se ha articulado como sujeto que produce saber dentro de esas lógicas; a cambio, ese sujeto pierde el horizonte crítico ético que sería el de no callar ante la evidencia de ciertas formas de dominación epistémica.
Diré que este tipo de encerramiento es el enclosetamiento del sujeto crítico desde una epistemología dominante y un saber sistémico, programados según las conveniencias de grupos colonizados, atravesados por relaciones de poder jerárquicas; grupos, en últimas, privilegiados en la producción del saber. Sin embargo, estas prácticas no se evidencian fácilmente, ya que son productos de performatividades sociales que se hacen sólo perceptibles para quien vive el rechazo sistemático (o quien se acerca a sujetos que hayan vivido esta experiencia) por parte de la producción de un conocimiento dominante. Durante mi actual investigación sobre performance y subjetividades ex-céntricas he probado que el encierro no sólo se aplica al sujeto amanerado en el ámbito de lo público (heteronormatividad) como mero sujeto, sino que existen otros encierros como el que se da al interior de los mismos grupos homosexuales (falocentrismo), y sobre todo, el sutil pero efectivo rechazo que se da en la academia con relación a la producción de conocimiento (euro-logo-centrismo). En este último enclaustramiento las teorías rechazan y desprestigian al saber comprometido con el desenclosetamiento de formas de producción de discurso, así como a toda crítica a la epistemología dominante hetero-falo-logo-euro-centrada. El performance me ha permitido abrir, en los espacios académicos, un lugar para hablar de otro modo que saber[14], esto es, un conocer en el que se desactive el prejuicio ante la ex-centricidad y el amaneramiento. Hasta el momento, son pocos los que comparten una visión en la que se aprecien otros modos de saberes plurales, diversos, tendientes a generar una variedad de métodos y reglas, en vez de una rígida forma de conocimiento establecida desde un determinado modo del logos y del ser.
La labor del intelectual, si hacemos caso a Althuser[15], de usar la filosofía como un arma revolucionaria, sería la de mostrar que el discurso y el saber occidental están encorsetados, diseñados y programados para el funcionamiento de un logos determinado. En esto, el feminismo ha precedido la lucha y ha sido el primer modo de producción filosófica capaz de ensanchar el marco tradicional de la epistemología dominantemente masculina, fálica, logocéntrica y heteronormativa. Auto-etnografía: “Desde ahí, nosotros, los ex-céntricos, o mejor, las excéntricas, somos sus continuadoras, a la vez que proponemos otros modos de saber, en esa ardua tarea de posibilitar horizontes de comprensión plurales, abiertos, antihegemónicos en la producción de conocimiento y en la articulación de ejercicios para incorporar la información y estimar, a la vez, el valor de la misma dentro de ciertas coordenadas críticas y éticas en contextos políticos de emancipación”.
México, agosto de 2013.
BILOGRAFÍA:
· ALTHUSSER, La filosofía como arma de la revolución, Siglo XXI, vigesimoprimera edición, México, 2010.
· BUTLER, Judith: Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”, Paidós, México, 2002.
· CASTRO-GÓMEZ, Santiago y GROSFOGUEL, Ramón, Comp., El giro descolonial, Siglo del Hombre, Universidad Central, Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos y Universidad Javeriana, Instituto Pensar, Bogotá, 2007
· CORNEJO, Giancarlo, en “La guerra declarada contra el niño afeminado. Una autoetnografía queer” en Íconos, revista de ciencias sociales. N., 39, FLACSO, Quito, 2011.
· FOUCAULT, La hermenéutica del sujeto, F.C.E, México, 2002
· GIACCAGLIA, Ma.; MÉNDEZ, Laura y otros autores: “Sujetos y modos de subjetivación” en Ciencia Docencia y Tecnología Vol., XX, N.,38, Universidad Nacional de Entre Ríos, Argentina, 2009.
· GROSFOGUEL, Ramón: “La Descolonización de la Economía Política y los Estudios Postcoloniales, Transmodernidad, pensamiento fronterizo y colonialidad global” en Grupo decolonial de traducción, <https://www.decolonialtranslation.com/espanol/transmodernidad-pensamiento-fronterizo-y-colonialidad-global.html> (Visitado en agosto de 2013)
_____________________”La descolonización del conocimiento: diálogo crítico entre la visión descolonial de Frantz Fanon y la sociología descolonial de Boaventura de Soussa Santos” en <https://www.elcorreo.eu.org/La-descolonizacion-del-conocimiento-Dialogo-critico-entre-Frantz-Fanon-y-Boaventura?lang=fr> (Vistado en agosto de 2013).
· RABINOVICH, Silvana, La huella en el palimpsesto, lecturas sobre Levinas, Universidad Autónoma de la Ciudad de México, México, 2005
· ROITMAN, Marcos, El pensamiento sistémico, los orígenes del socialconformismo, Siglo XXI, CEIICH-UNAM, México, 2004
[1] La crisis del sujeto moderno es actualmente un debate abierto. El sujeto se constituye a través de la interiorización de una serie de regulaciones. No se trata de establecer un sentido causal al modo tradicional en cuanto que no se tiende a poner los términos sujeto y cuerpo como condición previa el uno del otro, así el sujeto y el cuerpo son modos de realización que van estrechamente ligados. Foucault, Negri, Agamben, y muchos otros filósofos contemporáneos han enfatizado en esta cuestión de que los cuerpos se producen en cuanto a una cierta configuración del sujeto. Cfr: Mirta Giaccaglia, Ma. Laura Méndez y otros “Sujetos y modos de subjetivación” en Ciencia Docencia y Tecnología Vol., XX, N.,38, Universidad Nacional de Entre Ríos, Argentina, 2009.
[2] Cfr: Judith Butler, Cuerpos que importan: sobre los límites materiales y discursivos del “sexo”, Paidós, México, 2002, págs. 18 y ss.
[3] Ibid.
[4] Esta categoría plural se ha acuñado a partir de la propuesta de Ramón Grosfoguel sobre pensamiento descolonial que alude a las categorías de colonización o dominación en la colonialidad (modernidad). Para este autor, existe un complejo entramado de relaciones de poder establecidas por la ubicación epistémica étnica/racial/de género/sexual en cuanto a la producción de saber. Por la complejidad del fenómeno en el que me ocupo, a saber los privilegios epistemológicos producidos por la última categoría, es decir, la sexual, he llamado a esta forma de práctica hegemónica sexual hetero-falo-logo-eurocentrismo, con el ánimo de hacer hincapié en que el primer encierro del cuerpo es el del régimen heterosexual, posteriormente el del falo (masculinizante-machista), luego el del logos (la palabra como portadora de la verdad absoluta), eurocentrado porque la modernidad fue constituida desde allí y según prácticas de dominación (colonización) propias del mundo cristiano-europeo. Cfr: Ramón Grosfoguel “La Descolonización de la Economía Política y los Estudios Postcoloniales, Transmodernidad, pensamiento fronterizo y colonialidad global” en Grupo decolonial de traducción, https://www.decolonialtranslation.com/espanol/transmodernidad-pensamiento-fronterizo-y-colonialidad-global.html (Visitada en agosto de 2013).
[5] “(…) se trataba, al contrario (de las ascesis en sentido cristiano), de llegar a la formación de cierta relación consigo mismo que fuera plena, consumada, susceptible de producir esa transfiguración de sí que es la felicidad que uno conquista consigo mismo.” Foucault, La hermenéutica del sujeto, F.C.E, México, 2002, pp., 306. En este sentido entiendo la ascesis como un ejercicio en el que pensar es un acto situado, que no encubre el locus desde el que se habla y que realiza al sujeto, como agente ético y político, más allá de la mera discursividad en un plano meramente teórico.
[6] Cfr: Foucault, Op, Cit., Clase del 6 de enero de 1982, segunda hora, pp, 39 y ss.
[7] “El concepto de “descarnado” es aquí crucial. Para Césaire, el universalismo abstracto es aquel que desde un particularismo hegemónico pretende erigirse en diseño global, imperial, para todo el mundo, y que al representarse como “descarnado” esconde la localización epistémica de su locus de enunciación en la geopolítica y la corpo-política del conocimiento. Este movimiento epistémico típico de las epistemologías eurocéntricas del “punto cero” y de la “ego-política” del conocimiento, ha sido central en los proyectos coloniales. Con esta crítica, Césaire desde la memoria de la esclavitud y la experiencia de la corpo-política del conocimiento de un negro caribeño, desvela/visibiliza la geopolítica y la corpo-política de conocimiento blanca-occidental disfrazada bajo el universalismo abstracto “descarnado” de la ego-política del conocimiento.” Cfr: Ramón Grosfoguel y Santiago Castro-Gómez, comp. El giro descolonial, Ed. Siglo del Hombre, Universidad Central, Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos y Universidad Javeriana, Instituto Pensar, Bogotá, 2007, pp., 71. Es en este sentido que hablamos de la existencia de una corpo-política en la producción de conocimiento en la academia que revela una cierta alergia, causa de cerrazón, en los cuerpos diversos a los establecidos por la norma heterosexual.
[8] Cfr: Giancarlo Cornejo en “La guerra declarada contra el niño afeminado. Una auto-etnografía queer” en Íconos, revista de ciencias sociales. N., 39, FLACSO, Quito, 2011, pp., 80. Sobre el rechazo endo-homosexual según Eve Sedgwick.
[9] Tomo el método autoetnográfico que propone Giancarlo Cornejo en el texto anteriormente citado.
[10] Me refiero a la crisis del paradigma moderno que se ha producido a partir del feminismo, el posfeminismo, la teoría queer, el pensamiento descolonial, la teoría poscolonial, los estudios de subalternancia, la filosofía de la liberación, entre otros.
[11] Giancarlo Cornejo, Ibid.
[12] Cfr: Marcos Roitman El pensamiento sistémico, los orígenes del socialconformismo, Siglo XXI, CEIICH-UNAM, México, 2004. Tomo la idea de la necesidad de existencia de un sujeto crítico ético que no ejecuta discurso como mero operador sino que, negándose a ser fagocitado por el social-conformismo y su cúmulo de prestigio, se niega a mantener el régimen discursivo que le es impuesto.
[13] Grosfoguel, Ibid.
[14] Juego con la gramática y aludo a la forma en que en francés Levinas escribía su libro De otro modo que ser o más allá de la esencia. Con ello, tengo en consideración las palabras de Silvana Rabinovich al respecto de este efecto del lenguaje en Levinas y que nos permite encarar el sentido categorizante y taxativo del reino del ser, el reino de la dominación y el logocentrismo: “En el caso de Levinas no se trata de categorías porque se piensa a partir de otro modo que ser; por eso al escapar al primado del ser, no pretende determinar aquello que es. Se tratará más bien de pronunciar las “posibilidades extremas e irreductibles”, esto es, insinuar “lo más allá de lo posible”. Cfr: Silvana Rabinovich: La huella en el palimpsesto, lecturas sobre Levinas, Universidad Autónoma de la Ciudad de México, México, 2005, pp., 125.
[15] Referencia a la obra de Louis Althusser La filosofía como arma de la revolución, Siglo XXI, vigesimoprimera edición, México, 2010.