VERDAD Y VEROSIMILITUD

13.09.2012 04:26

El concepto de "verdad" (tan olvidado en su etimología y origen, en ese sentido fundamental del des-ocultamiento, des-velamiento, apertura a la memoria, "aletheia" en griego) se convierte hoy por hoy en el signo de la sospecha. "Verdad" y "verdades", "lo verdadero", se postula como uno de los lugares más hegemónicos del discurso, pues, se le entiende, lejos de su primigenio origen, como totalidad y absoluto; lo cierto o la última palabra. La "verdad" ha sido utilizada en esa forma de ídolo, de encaprichamiento definitivo que cree haber estipulado el ser del ente de una vez por todas y para siempre. Violencia fundamental que extirpa lo que difiere o lo que no atiende a su propuesta de comprobación y rigor conceptual. "Verdad" del macho blanco europeo. Por ello, cuando voy a usar la palabra "verdad" en alusiones relacionadas con el campo de la cultura, es decir, en los discursos de valor y no de hecho físico, la remplazo por la palabra generosa y relativa "verosimilitud". Hay verdad en los hechos físicos, como que llueve o hace calor, o que estoy sentada escribiendo ahora mismo, pero en el ámbito de los valores, de la cultura, hay verosimilitud, acercamientos a lo que ha sucedido, lo que sucede, lo que está sucediendo; aproximación como interpretación, más no captura de la esencia del acontecimiento. Esta esencia en los "hechos" de valor no se adquiere por vía eurística, más bien, se construye al infinito en cada nueva mirada y repaso, en cada nueva interpretación. Con la verosimilitud se despoja una del dogma de la verdad y de su idolatría para aceptar un mundo de valores más diverso, amplio, en el que cabe, incluso, la diferencia radical del Otro.