ESCORT MUTE: EL TIEMPO INHABILITADO

19.09.2012 16:40

ESCORT MUTE: EL TIEMPO INHABILITADO

Salir de casa a su llamado.

Tomar un taxi, perderse entre el ruido de la noche que comienza a hincar su colmillo sobre la carne.

El salto del deseo que es como una pantera de luz que eyacula sobre el cuerpo.

 

Eso es algo más que una compraventa, es una excedencia de algo que pocos tienen por ser prisioneros de su miedo: EL TIEMPO. Yo, la vagabunda pobre, la de sin 

casa, no coche, no utensilio.
La dueña de solamente unos libros que carga encima como una loca ambulante con su arsenal de porquerías varias; esta perra que se vende, esta que tiene TIEMPO, soberana y dueña, reina y señora, flor turgente de su TIEMPO.
Y luego, está mi único cliente (no he buscado más) con su hermosa tez blanca, con su ajuar de piel y calzones Calvin Klein. Hermoso, mi cliente es hermoso. Pero sólo compra, sólo me quiere bajo el estigma de la paga. No importa, el dinero no cuenta, es un gracia adherida, un apéndice de algo majestuoso que acontece al cruzar la puerta.
Las dádivas sin TIEMPO, no urge nada, no se espera nada, todo se ha pospuesto. Se desmorona el sueño, se arruinan los proyectos, las casas se derrumban, el mundo es nuestro. 
Estamos tan sólo los dos en nuestro tacto. Un tacto de radio inmensurable, infinito, tachonado de besos que son como estrellitas de noche. Los dos vertidos sobre el cuerpo, jadeando, irguiéndonos, besándonos. Aquí no prima el TIEMPO, el TIEMPO, mi TIEMPO, me lo dilapido entero en estas horas, lo vivo, lo desollo, lo entretejo entre la dermis; gusano del beso, este TIEMPO es mío y yo lo dono.
¿Prostituta? sí ¿me pagan? sí, pero no soy víctima, ni soy trabajadora sexual, ni soy mala, ni soy infecta; soy gozante, donante, amante, lugar de mi soberanía fundada en la fuerza de entregarme.
No cobro por horas, aunque por horas me paga. No valgo eso, ni me importa pensar en cuánto valgo. Aquí el valor es como un exceso, una malformación cebacea, un pus, un plus, un algo que no cuenta. Aquí lo que cuenta es que no hay TIEMPO porque lo servimos en la lengua, lo bebemos de papila en papila como abejas del exceso de una miel eterna, sin TIEMPO. Me toma, lo tomo, me arroja, me tiendo, se extiende, se levanta y cae! Rompe el nido de las aves inmóviles, levanta el polvo, estremecemos el alba, llenamos de sudor la noche, nos perdemos, nos damos.

Qué sabe el capitalista de este derroche genuino, de este mercado sin retribuciones, de este don que no se usa sino para dilapidarlo en el contacto, abierto, deshojado, vivo!

Qué sabe el académico de esta feria de líquidos que nos resbalan, de este pago sin cobro, de este cobro que se usa para invertir en besos.

Pinina Flandes