HILITO DE CARNE

Mi cuerpo

hilito de la carne descolgado de una madeja de historias

Pedacito de barra que se desplaza a la muerte, como una gota de silencio en la mitad de algo que persiste ruido 

Este lugar que alude a todo y no tiene nada, deshauciado, trémulo, pajita de hierba creciendo en senderos olvidados

Ni un pulso que me aliviane el miedo, ni una caricia que redima para siempre

Cuerpo radical, materia contundente, vulnerable a los deseos, camarada inhóspito que cada día de mí cobra todas las auroras.

NOVEDADES LÍRICO DESMONTADORAS

Yo me marcho
dejo los lugares habitados para que otros pueblen mis vacíos
para que nada me sea propio
para seguir adelante solitario y perdido
Yo te dejo
cada sílaba dicha ha sido un estallido de luz
un gozo extraordinario
un dulce de sabor exquisito y vigoroso
quédate con ellas
doblalas y déjalas en un viejo cajón
O quémalas
tíralas a la basura
ya no cuentan
Cada decir promisorio con los que tus labios fermentaron
los instantes fugaces de una existencia ya gastada
son ahora firme recuerdo
vana esperanza
Yo parto
no me gusta quedarme con lo ajeno
me quiero en este rescoldo de mi mismo 
sin deberte nada
Me descargo
me apaciguo y estoy bien conmigo en esta turbulencia
Yo prosigo
nunca he detenido mi paso ante parajes deslumbrantes
los contemplo
los boceto en mi memoria
archivo con placer la delicia del instante compartido
y emprendo el rumbo
Yo soy nómada
no tengo nada
y no soy feliz
tan sólo busco
nada detengo
porque la felicidad es para mí
tan solo trivial desesperanza
Yo me voy
todo se queda
nada nunca, excepto mi cuerpo, me ha pertenecido

Busco parajes de filo
noches de la muda voz
de tacto débil
Busco lunas que claudican
rezos insatisfechos
súplicas no escuchadas
Me lanzo tras las cosas que se quiebran
lo frágil 
lo mundano
Persigo huelgas inconclusas
homicidios diarios
letanías grasosas que se caen de los labios
Busco estepas solitarias
engranajes oxidados
esperanzas desgastadas
Busco pisadas en la sangre
huellas en el viento
destino en los salarios
Me lanzo tras una nube inexistente
algún reloj sin tiempo
muertes perpetradas
Persigo voces olvidadas
cuerpos perseguidos
iras cotidianas
Busco, me fugo entero de mis mismo
me deshago
me fundo
me pierdo en la miradas
Voy al cementerio mil veces
y excavo inutilmente
mi tumba ya exhumada

Habitación adentro
desnudo como un náufrago entre olas de seda
sirenas y cristales en las yemas de los dedos
erguido ante la noche
blandiendo los brazos desesperadamente
para alcanzarte
Rumbo animal sombrío
como un retazo de loca nave
flotando sobre la cama
a la deriva
casi exhausto
casi muerto
Hacia la lejana mar de tu ombligo
como canoa rota
que se hunde
que se pierde
entre oleajes y riscos 
labios trepadores
Ido en la turquesa del agua
despeñado en tu bahía
desovando en tu playa
rompo los ciclos de la muerte
y entonces
soy milagro
y me salvo una vez más
entre la almohada y tus piernas

Tu sonrisa es todo lo que cuenta cuando nos desnudamos de palabras fatuas
eso es lo que más se enreda entre los dedos como cabellos furtivos de todos los amantes
eso y la risa
el fragor de las horas extásicas bajo el signo del alcohol
Amigo mío 
lo que veo en la profundidad de tus ojos 
no tiene la forma de las cosas de este mundo
habitas el paraje insondable de una nueva era
un opúsculo genuino en el que amar no tiene cables de tensión
ni prefigura en estaciones de radio
ni se inflama, ni quema como un metal ardiendo
Los dos cocidos del mismo manto
perdiendo el tiempo viendo el sol ponerse
pescando ironías para echarle a la cara del mundo todo lo que de precariedad tiene
jugando como niños en una pradera de libros
de imágenes
de sueños en lo que nada es esclerótico ni firme
Tu tacto, amigo, tu sentido más íntimo 
la noche que desprende en una sola luz todo el gusto de abrazarnos
esa esperanza feroz en el desvelo
esa idea de mantenerse en pie 
erguidos como sables de un metal que ya no rasga
que ya no hiere
que redime en el surco que deja tras su beso
Amigo mío 
letargo de mis inclemencias
amante de mis ocurrencias
hermano
camarada

Caídos en los lugares del estiércol
rotos los sueños
en una danza estridente
maligna

Multiplicado el silencio
oquedad de la tierra
premura de un holocausto sin desidia

Quebrado el regazo
hundido el sereno
abierto
apacible
resignado

Este sereno nombre
perseguido
en la calavera de la noche
en la trashumancia del disparo
El que arde en la lejana historia de los vientos
al sur como una herida en la boca
un silencio con fronteras de nombres que se yerguen en la piel y tiemblan
Un mestizaje que se bebe y se escupe cuando se ha tragado 
Este sereno prodigio de la semejanza
este carnaval de la apariencia
la similitud del nombre con la cosa
la fuerza del acontecimiento
la comprensión del sentido
Esta ardua caminara sobre el mundo
henchido de labios 
herido de besos
trasegando hora tras hora en todos los mordiscos
puliendo lentes de reloj
cristales y algoritmos
Este nombre que se sostiene en los goznes de los burladeros
este cuerpo aún joven
que se quiebra
y se enmudece

La música de la trasnocha
no deja de poner la espuela sobre la llaga
intensamente
en la tarde bajo el sol
con los números amargos de las revistas de moda
los refrescos que el camarero acerca a la mesa
los libros viejos
la dentadura que rechina como si sintiera yo una rabia de vacío
un pesar más que hondo insoportable
parsimónico
indestructible
Los amigos en la terraza apuñando una nueva copa
la salud en trance
todo como si su nombre se hubiese quedado pendiendo de mis cosas
de mis ojos
Qué triste es sentir con la intensidad de un sol encandilado
la ausencia
el despojo de los lugares visitados
cuando todo ha quedado desmantelado de sus besos
sin su paso
sin su huella
Los amigos de la ira en la pared colgados
en cuadros de sastrería
en notas mexicanas con huapangos y danzones veracruzanos
Y no me calma
y no me apacigua
la honda pena no aminora
se atisba en la resequedad de mis afectos
en el temblor de mis manos

Vacía
filtrada por dentro con un agua mansa
negra
un hueco
una oquedad en el pecho que no responde
no germina
no produce ni siquiera ecos
Sola
como una aguja de surcir rota
en medio de un mundo de hilos
Preñada de nostalgia
invadida por el llanto
me fugo de mi misma en tequilas y mezcales
Toda íngrima
deshecha
como una pieza de rompecabezas tirada a la basura
sin pedacito de mí
sin mis abrazos
sin mis bocas
Sola como una garra de león disecada en un museo
como un hambre
una intriga
una estrella lejana
Qué sentencias tiradas dentro de mí
sin decir nada
sin sonido
sin voz
enunciados sin palabras
Me siento triste 
casi amarga
tediosa en la mirada 
silenciosa en la andanza
triste
ya se 
tan solo triste hasta la ingravidez de la voluntad
la perdida de todas las ganas

Tengo tu nombre
simple
bordado
en la comisura de los labios
en los bordes del anhelo
como una paz impoluta
estratégica 
una luna milenaria

Tengo tu nombre en la silueta de mi sobra
ni sobre puesto
ni adherido
dentro muy dentro de mi oscuro

Tengo tu nombre espuela de carnero
en la mudanza de la noche
en la ausencia genuina
sin extrañarte
preparando la mesa 
la casa interior del reencuentro

Tengo tu nombre sobre libros
sobre páginas de diario
en el comentario a pie de las fotos viejas
como un sello

Tengo tu nombre
en el fondo de la idea
en la caminata vagabunda

Tengo tu nombre adherido
en las cimas de mis brazos 
en el aire de mi centro

Tengo tu nombre gaviota sigiloza
antes de toda sílaba
arquetipo de la voz
promesa del orgasmo


Viajero que viajas inconcluso que tienda sideral
con un pedazo de mi piel a cuestas
andante de la hinchanzón del mundo
en mercaderías baratas
la turba enloquecida
el calor
el sopor
los pies semidesnudos
la frente desierta

Viajero que río que nave que paso sigiloso y audaz
precipitado y lanza
como una flecha en el aire 
un haz de luz 
perdiendo
dejando
punzando la faz de la tiniebla

Viajero que locura que mármol fluido que roto y que deshecho
con equipajes ligeros
viandas en la yema de los dedos
comedores aislados
turgencia del desvelo
ido entregado furibundo 
como un astro encendido que atraviesa la noche
desgarra
rasga
corroe terquedad y desestima sedentario orgasmo

Viajero que del tacto que la sombra que el beso inflamado de la tarde
en ciudades clandestinas
bajo fondos
inciensos de sal
puestos de reventa
el aire húmedo
las sábanas 
las caras marchitas de la tempestad en feria

Viajero que ultrasónico
lucha del pie sobre la tez de los caminos
que árbol del aire
que florecido
meteoro voraz
guijarro que resbala en las cuencas de mi vientre
a pesar que ya se has ido

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