HILITO DE CARNE

Mi cuerpo

hilito de la carne descolgado de una madeja de historias

Pedacito de barra que se desplaza a la muerte, como una gota de silencio en la mitad de algo que persiste ruido 

Este lugar que alude a todo y no tiene nada, deshauciado, trémulo, pajita de hierba creciendo en senderos olvidados

Ni un pulso que me aliviane el miedo, ni una caricia que redima para siempre

Cuerpo radical, materia contundente, vulnerable a los deseos, camarada inhóspito que cada día de mí cobra todas las auroras.

NOVEDADES LÍRICO DESMONTADORAS

 

Vendrías de noche a robar los ojos
a descartar aceras 
a pavoniarte con tu mezquindad en los lugares más aledaños
Vendrías si la rota esfera de las cavilaciones se quedara quieta
y si mi entorno marrón no se destiñera de ausencia
de color de peste
de color de muerte
de disparos y miserias
Vendrías a limitar las auroras
a descarpar mis torres
mis impulsos de luz
mis días más cotidianos
con un olor a brea
a demencia salitrosa
a inclemencia ajena
Vendrías si tuvieras coraje
amor en los bolsillos
derrumbes de la vida en todos los costados
si la fiebre te incendiara 
si los disparos te dolieran
si un alma grande anidara en esos altos cargos
de los que tan sólo un papel declara
y que a los ojos de los simples mortales
son las cosas que valen la pena
Vendrías a desplomar los ríos
a fundir los bosques
a pisotear las sementeras
Pero te hace falto mucha mano
mucho pulmón
mucha entereza
para que de mi vera 
amilanes los guijarro
o de mi jungla 
espantes a las fieras

 


Yo no se cómo deambulo
siniestra sombra 
paso pesante
Yo no se cómo me tuerzo en los instantes dejándome permear de tiempo
operarme de vejez
tan a la carrera 
tan raudo
tan ligero
Yo no se cómo este cuerpo aún se eleva sobre brazos
y discurre entre cuerpos virilmente apetecidos
No se cómo la locura se instala a cada rato
más y más adentro
como una señorona en sala
bien peinada
perfumada 
en la majestuosidad del desamparo
Yo no se por qué la historia me lanza contra los nombres salvajes
la palabra tenue
la ausencia ligera
la testarudez del desacato a toda permanencia
Yo no se por qué la luz de las farolas se derrama tanto en las calles
en las autopistas
rugiendo como neumático despedazado
Yo no se por qué este peso en las caderas
esta manera pétrea 
este infiernito en el sol
estas radicales ausencias
No se qué destino se me urde
se me gesta
piernas abajo
por los ojos
debajo de los pies
Yo no se de mi 
sino silvestre olfato
laguna ojerosa de mis miedos
errores
turbulencias
desenfados
Yo no se como me naufrago
me sobrevivo
y me embriago
estafeta encrucijada
sobres, postales, envíos que ya hoy
tras el tiempo y los burdeles
saben a trago amargo



La playa tiene trombas de aire que se enredan en la sien
en la derecha y produce pensamientos sigilosos
como pumas o gatos de monte
quizás algún leopardo gemido se rebele
Ese Pacífico enorme
como un animal echado sobre las colinas más bajas
para que le vean desde picos
cabañas
aguas azules
veleros y fragatas
Y ese cuerpo que ronda
que acecha
que delimita el brote de una nueva estancia
La playa con sus sirenas moras
sus tritones asoleados
ensamblando las historias que se tienden 
sobre las ausencias
disidencia en la entrepierna
cruce audaz 
beso pulido

en el que se dona tanto
La playa bajo la canícula de luz
el hombre que yace desnudo a mi lado
las ferias de la carne
la palabra delirante
la sorna 
la pereza 
el vodka fermentado
Los arreboles incendiados
las lunas coníferas de antigua
llenas
descarpadas 
reflejos en al agua
mástil de carne
que atraviesa orondo mis mares
para atracar en todas mi orillas
o encallar en todos mis costados

OLA


Uno encalla una mañana
de cualquier verano 
y se detiene como un velero roto
sobre la mar
sin hundirse
Luego la voz del compañero
en la trasiega misteriosa
en las faenas del sexo
en la fuerza de la carne
comprimiendo
desangrando
entrelazo de los pies y de las manos
besos enclavados en los nudillos
arpones de lengua en las pantorrillas
voces
ojos 
miradas de espalda a los enormes cadalsos
Y siempre
este dato que se detiene en la puerta
como nota calcárea

Endurecimiento de tiempos lacios

ebriedad del cuerpo que me arrastra
sobre el mar
noche sin pudor

que desvanece en la playa 

cual fermento de un orgasmo

para  H. E. B


Para qué mentir
tu cuerpo es lo único que adoro
y todo lo que en él habita:
la genialidad de la palabra
la pertinencia de verbo
la magnífica articulación entre la carne y los fonémas
la adecuación del tacto
los pliegues de los dedos
la comisura de los labios
los músculos que son agarre
pinza de piel
arnés de sangre
garra de feroz pájaro
Para qué mentir
tu cuerpo es lo único que adoro:
las piernas firmes y estridentes
rígidas estalactictas que deambulan ante mis ojos pardos
los nudillos de los dedos entrelazados
engranaje de reloj
ciclon de besos
trenza de los brazos
Para qué mentir
si nos tejemos juntos
cuando nos tenemos tanto
renombras los modos de la piel
prescribes otras paisajes del tacto
otros nombres
otros senderos
otros gritos
otras voces
otros modos de mencionar los pactos
Otros sonidos del beso
del gemido
del disparo
un decir que ya no es mucho
ni que quiere salvar del desamparo
un brindis por el olvido
o por la duda del milagro
Para qué mentir
tu trance en la flor de mis posibles labios
la noche que se derrumba sobre la bahía
entre las plantas
de la luna un plateado orgasmo
Para qué mentir
me estoy enamorando 
de la voz de tu costados
en los vaivenes del sudor
tu cuerpo dicho entero 
cuando lo bebo abierto
ante el mar
de un solo trago
 

 

Busco un alma inmensa
como un desierto de luna
una grieta en el cielo
un cometa de jade que perturba el viento
Busco un rostro hondo
un camarada sin miedo
un hilo de luz en las entrañas
un tesoro abierto
Busco un alma grande
insondable como la noche que germina en la locura
un beso colosal
un derroche de agua
Busco alguien con palabra de luz
imágenes de juego
sonrisas que se cuelguen en la piel todos los días
y germinen
y crezcan
y vuelen hacia lo que es eterno
Busco un alma sin límite
algún prodigio de mago
un sombra encandilada
una hoguera que rescalda
alguien que sueñe y no piense en el dinero
Busco la profundidad del mar
en la mirada
un ala de águila
un héroe que se haga anzuelo
Busco una amistad deforme
enorme
mezcla de pasión y fuego
Una carretera sin destino 
en el pecho
un paisaje abierto

Cómo no desmoronarse
caerse 
resquebrajarse
Cómo seguir viviendo 
con la lengua ceñida a los fundillos
con las lagrimas mezcladas de esperma
Cómo sostenerse en pie a pesar de los rezagos
las piernas quebradas
el ánimo aniquilado
la bragueta abierta
Cómo no enredarse en la noche
cómo no enloquecer de ruido
ni hundirse 
como no tocar bajo fondo en el estiércol
Cómo no despuntarse
talarse
derruirse o arruinarse en medio de la ira
Cómo no postergarse
desnudarse
echarse hacia atrás y manosearse
Cómo no podrirse
abandonarse
buscar el desfreno
Cómo no morirse
amarse
vilipendiarse hasta ser torrente sucio de aguacero
Cómo no romper las cosas
incendiar las naves
inyectarse
fumar opio 
venderse
Cómo no dejar de salvarse
redimirse
y ser abyecto
Cómo no volverse un monstruo
una carne que se urge
un veneno 
un agua malsana
Cómo no perderse
ni dejar la orgía
o desbordarse 
Cómo no enturbiarse
contaminarse
Cómo no extraviarse

como no perderse en lo más infame de este tedio

Encenderme con lilas en los ojos
arrebol de noche colgado a tus pestañas 
y mirar en negro la turbiedad de tu cuerpo
Correr furioso por la extensa llanura de tus manos
como un beso gacela
como avestruz de fuego
Tomarme a mí mismo en medio de tu sangre
beberme a bocanadas
tocar el costado derecho de tus piernas
agrietadas de tierra
hechas sementeras de amor y pan de noche buena
don frágil
llama que se enreda en la línea boreal de tus latencias
Quemarme entero como una hoguera intensa
fulminante meteoro en la concavidad de tu sexo
resplandor
vorágine de luz
ferviente orgasmo
Derrocharme el día entero toda la tarde, la noche, la mañana
en el vestíbulo de la lengua
caminando hacia el centro sideral de tu urgencias
sin llegar jamás a las fronteras del hartazgo
Agitar con mis órganos tus afanes libertarios
proclamas e indecencias
Llenarme de tu pecho 
colina glamurosa
orografía de leche
carne erguida que me ronda el vientre
lloverme
regarme
fundirme
en el abrazo inclemente de tu ira
en el voraz sablazo de tu ano

Nacer en movimiento
en la carga sustanciosa de la nada
tomar la materia e instalarse orondo en el mundo
como un embrión de piedra
un huevo de pájaro
un beso en medio de la mano
Nacer deviniendo
en el trance de la noria
sujeto a la muerte como amiga y compañera
derretirse entero existiendo
florecer
carcomerse
Nacer en las parodias del aire
en los gestos de la tarde
un día de mayo o de septiembre
con la luz mortecina de aquel lunes
embriagándose en el tonel de los desmanes
Nacer viniendo a la barbarie
romper la estela de lo inerte
parir el mundo
salir de gran Tehom en que se era agua
romper la membrana salitrosa del semen
erguirse en óvulo
llorar el parto
Nacer Y distenderse sobre alambres
quemarse al sol
romper cadenas
brotarse en fuego
y exponerse

Habitación adentro
desnudo como un náufrago entre olas de seda
sirenas y cristales en las yemas de los dedos
erguido ante la noche
blandiendo los brazos desesperadamente
para alcanzarte
Rumbo animal sombrío
como un retazo de loca nave
flotando sobre la cama
a la deriva
casi exhausto
casi muerto
Hacia la lejana mar de tu ombligo
como canoa rota
que se hunde
que se pierde
entre oleajes y riscos 
labios trepadores
Ido en la turquesa del agua
despeñado en tu bahía
desovando en tu playa
rompo los ciclos de la muerte
y entonces
soy milagro
brote
entre la almohada y tus piernas

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