NOSOTRAS
NOSOTRAS
La carne se queda siempre en el mismo diván
como una hojita de lata que se oxida lentamente
Viene el viento, con su voz aletargada a ponerle el diente, su único gran diente, ciclón y espuela
Está la puta que nos atraviesa a todas, sentadita en el rincón de siempre, en su nenúfar de esperma, en su misterio
La calle tiene mayodormos que se evitan, que se licuan y se tiran
Queda este fiambre, este poder descomunal que desea y desea
Estas ganas de sexo tan prosaicas, tan vulgares, tan de todos los días en todos los cuerpos y que todos ocultamos, medrosamente, sigilosamente, por claras evidencias
La seducción no es un derroche
Estas ganas de entregarse entera como un zorra ardiendo que sólo se consume en su mismo combustible
Inagotable, pozo de deseo que no descansa en su vertirse afuera
Qué escándalo cuando estoy una vagina llena de líquidos
Erguida como el mástil de un velero que navega en efluvios, en cositas varias
Cuántos orgasmos innombrados por un extraño miedo, por una censura ordinaria, vieja, fósil de museo
La puta, la que desea, no la que se vende solamente
La puta, la que desea, la hembra presa de unas ganas infames, barrocas, insondables, caverna legendaria
La que el macho niega, las que las madres asesinan lentamente, pedacito a pedacito, en los primeros años
Las cercenadas del poder del clítoris, las putas, nosotros, las más putas
Simuladamente castas, simultáneamente vírgenes y espectro