LA PLAYA


La tarde se derrite lentamente
como un sol firme que deambula hasta el cansancio
gota a gota la luz desperdigada por sobre las partículas de todo
Majestuosos morenos oaxaqueños sobre la costanera
más sus ojos rasgados e indios
firmes brazos
claros muslos
El mar se robustece con la puesta del sol y brilla
asemeja un collar de una deidad marina de esas que este inmenso Pacífico hundió en el pasado
La arena ligera se incrusta y resbala y todo lo perméa de su roca
Caigo en picada desde la alta montaña sobre el ligero acantilado y me despeño
cuelgo arreboles en mis ojos
prendo linternas de gozo
aludes del deseo
Los chicos y las chicas corren en el poco y solitario oleaje
contonean sus miradas y sus cuerpos al frío de la salina agua
Bebo una cerveza más y me hundo ebrio
en la piel de cualquier viandante que desprevenido se detiene frente a mi tienda
bostezo
duermo