ALUVIONES

Una camina sola
por la tarde
bajo el sol que hace ruidos en su luz tan amplia
y se queda mirando la navaja que rasga los vestidos
que desmiente con sorna la alevosía de las que hemos permitido al viento decir una carcajada
las que gritamos en la mitad del tiempo
los gemidos incansables de los diarios
Y luego una ve todos esos rostros empotrados
colgados
como fotografías de un museo andante
una fosa descubierta
un plan desmantelado
o como estampitas de escapulario que todos cargamos en el pecho
Luego la retina inflamada de imagen se tiende en la trinchera que está afuera
en medio de los cuerpos
una escarmienta de la historia
un ringlete que gira en las manos del esqueleto de un mono
pasajes clandestinos
No hace falta ser una mosquita muerta que se pierde en la rotonda del burdel
cerca a la barra
para desvelar las homicidios que todas llevamos a cuestas
incautas
ebrias de soledad 
damas sin cautela
errabundas
aparentemente alegres
pintadas en ese placard en que se guardaban las horas del suicidio
para esperar un mejor respiro
menos nefasto
menos látigo y encuesta de control
para no marchar con tanta prisa hacia los cementerios
Una camina sola por la ciudad que se acuesta sobre la nube de humo
fumarolas de respiros 
de tantos huesos perseguidos
de tantas caras lapidadas
Una se resquebraja sola
y se atuguria
se enturbia
se diluye en las tinieblas
y luego 
si hay un espacio de silencio
una sola
libre
estupefacta
llora 
para escanciar los aluviones de ira 
sedimentados en el alma