LA IRONÍA O DE LAS PACIFICADORAS

 

Hay violencias habitantes, intrépidas, independientes. Violencias que caminan al costado de una sobre la acera en la calle, al pisar el escalón del autobús para bajarse; al sentarse en la sala de cine, en la fila del supermercado. Violencias de colores, para catalogar por tamaños, por volúmenes, por densidades. Violencias que preñan los oídos, que aturden el corazón, que rompen en llantos. Violencias de comedores, de salones, y hasta hay violencias que se carcajean sutilmente en la gran conversa de los ilustrados. Violencias microhóndicas, aletargadas, asfálticas. Violencias de ayer, reproduciéndose mañana. Violencias que se cuelgan con gritos de las cortinas, que se lanzan por ventanas, que se prenden de la puerta del transporte público, que empujan, que corren, que condenan con mirar. Violencias en los púlpitos, en las alcobas de los burdeles, en los cuartos de motel. Violencias en las agencias, en las tardes de domingo, en los parques, en las tiendas. Hay violencias coquetas, testarudas, brillantes, soterradas. Violencias en floreros, en manteles, en tejados y en baluartes. Violencias de hospital, violencias de hambre. Violencias en jardines y terrazas, en danzas y comercios. Violencias con cara de madre, con cara de hijo, con cara de inocente. Violencia en los altares, en las coordenadas de vuelo, en la entrada del cabaret y en el vacío desierto. Violencias en faroles, en cantinas, en maletas y mesitas de estar. Violencia en libros y carteles, en pantomimas, en quimeras. Violencias hay también en sueños, en cenas, en discursos. Violencia en la letrina, en la funeraria, en la alcoba. Violencia haciendo el amor, destapando la cordura; violencias mezquinas y con sabor a holgura. Violencias reacias, tácitas, inhóspitas. Violencias precipitadas, arduas, telúricas. Violencias que desdicen y otras que maldicen. Violencias en el rostro y en las máscaras. Violencias que condenan y otras que jamás redimen. Violencias hay en nuestro cuerpo, violencias que reprimen, violencias que hasta cantan. Violencias de estudiante, de petardo, de insurgente y de soldado. Violencias y más violencias de las que nadie se ha salvado.

 

PININA FLANDES

"DESMONTAJES LÍRICOS", Ed, La Sapa, Bogotá, 2011.