EXCÉNTRICA

Y yo devengo miseria. Entonces es cuando nazco a lo que todos temen. Locura de mi perplejidad. Descentramiento de mis sujeciones. Pocos comprenden esa voz que no es profética, ni sabia; mas bien, voz cínica, apocada y opacada, diluida, febril, sin derivas que provoquen un decir definitivo. Voz del lado oculto de mi voz. Fantasma de mi misma, límite y excentricidad, muerte y redención sin esperanza.