FOBIA Y REPRESIÓN

13.09.2012 03:54

Fobias, paranoias intermitentes que niegan el acceso a la posibilidad del Otro como diferencia actuante. Miedo que se diga de otra manera o que alguien alumbre pensamiento. Miedo de quedarse quizás atrás, como rezagada, cuando se quiere ser la primera. Fobia que se funda en la inseguridad extrema de la primera represión, la del padre macho. Quien asumió ese agente represor teme pensar, pintar gatos de colores rojos, berrinches del colorear. Teme salir de la norma, tiene miedo de lanzarse al agua pero muere ganas por hacerlo. Luego, la fobia es un celo profundo y un afán descalificador por todo aquello que trasgrede, que rompe con la anodina existencia establecida, regulada, decente. Fobias y persecuciones de un fracaso, miedo y más cobardía veo en el trasfondo de los ojos que miran con desprecio, con envidia, con recelo. Pensar qué genialidad poder ser libre al menos en el acto mínimo de decir lo que se piensa, lejos de las paranoias y las fobias, lejos del vulgar desprecio por la diferencia. Justo la diferencia entre hacer propositivamente y en quedarse repitiendo a son de arrullarse onanistamente en la cuna de la comodidad decente, estriba en la profunda admiración que se tiene por quien crea y dice, por quien señala y piensa. Cómo sueño un mundo en el que todas podamos despertar aturdidas de todas nosotras, hermosamente ruidosas en la cacofonía del grito enunciativo de un modo de ser que no se totaliza y que se expresa sin temor. Liberación de la palabra, fuerza de la voz, configuración del mundo.