FEMINISMO, RESISTENCIA Y PERFORMANCE

13.09.2012 18:02

No, el feminismo para mí no es un discurso más, ni aún en sus formas hegemónicas, análogas a la producción de discurso ontologizante y totalista de nuestro sistema lingüistico eurocentrado. Para mí el feminismo es uno de los primeros quiebres en la totalidad de la ontología dominante, es el primer esbozo de otra realidad que se ha mantenido tras bambalinas por un modo operativo del discurso tradicional heteronormativo, ontológico. El feminismo es un ejemplo reivindicativo que, junto a los discursos queer y todos los demás que se ejecutan como reivindicaciones de minorías, conforman el gran abanico de pluralidad deseante que resiste a las formas del totalismo machista de occidente cuyo seno es el Ser. Por ello, yo leo a las feminista, investigo sobre los avances que las mujeres feministas protagonizaron en el arte, en lo que ellas mismas llamaron des-estética. No dejo de pensar en la contundencia de artistas pioneras del posporno unidas al feminismo de la época como Carole Schneemann en obras tan contundentes en la crítica a la utilización del cuerpo (que ahora quiero llamar "agenciamientos de la opacidad" que son como invisibilizaciones o desapariciones del cuerpo diferente agenciadas a través del Estado en sus dispositivos políticos, académicos, sociales, raciales, sexuales, etc.) como su trabajo titulado Meat joy (gozo carnal) de 1964 en los que parodia y tensa la relación entre sexo y comida. O en su exploración intravaginal (que me recuerda una acción de Rocío Boliver en la Casa de Las Américas en España, 2007) Interior Scroll (Exploración Interior) de 1975, en el que saca un texto de su vagina y lo lee al público. Realemente una es heredera de estas disidencias que abrieron la brecha a una estética de la diferencia. La cuestión es ¿cómo esos senderos agenciaron una estética de la diferencia en y desde América Latina? Esta es la gran pregunta que intento responder y en ello, reitero, el feminismo latinoamericano ha de tener un lugar de incidencia.